Testimonios
Bowie
Desde hace mucho tiempo queríamos adoptar, buscábamos esa compañía y felicidad que solo un animalito nos puede dar. Confieso que seguía la página de Adóptame y veía sus fotos, leía sus casos, y empecé a averiguar más sobre el tema. Al mismo tiempo, me independicé y sabía que el momento preciso había llegado.
Lo que me cautivó de Bowie fue su carita demasiado tierna, las orejitas paradas y su mirada llamó mucho la atención de mi pareja y la mía. Recuerdo que justamente ese día que la vimos en redes, estaban en casa unos amigos muy cercanos y todos nos enamoramos de sus fotos.
Ahora amo abrazarlo, ver cómo mueve su colita, salir a pasear y todas las alegrías que nos da supera cualquier inconveniente. En cuanto al proceso, ¡fue lo máximo! Envié mi formulario, luego se comunicaron conmigo a través de una videollamada y me entrevistaron; después acordamos la firma del contrato y nos dieron a nuestro “bebé” bañadito, con su cartilla de vacunas. Todo en orden y de manera rápida. Han sido muy responsables y amables. Hasta ahora mantenemos contacto por cualquier duda.
Vivianna F., Guayaquil
Gia
Para: Gia
De: Mamá
Mi peluda hermosa, mi rubia preciosa, gracias por llegar a mí, a mi corazón. Me enseñaste a amar a un perrito, un sentimiento que experimenté desde el momento en que llegaste. Inmediatamente nos enseñaste cómo amar a ese ser tan puro de corazón y así nos enseñaste a amar incondicionalmente.
Mi protectora de niños, mi protectora de padres, gracias por estar en mi vida, por recibirme con tus lamidas, por cada despertar. Has convertido en mí a un ser humano mejor que mira con amor a cada perrito que se le cruza.
Gracias por elegirme como tu mamá humana, porque sí, tú me elegiste, y eso lo noto en tu mirada cada vez que esos ojos marrones me miran, mi chiquita hermosa, mi engreída traviesa. Gracias por llegar a mi vida, eres una de las mejores decisiones que tomamos.
Sé que nos amas. Lo demuestras cada día con tus caricias y lamidas. También sé que eres una perrita muy feliz, especialmente cuando llegan tus helados o tus premios.
Llegaste en el preciso momento en que te necesité. Yo no te rescaté, fuiste tú quien rescató mi corazón y despertó un amor infinito por ti.
Gracias, mi princesa Gia.
Diana Carolina J., Guayaquil
Lucas
He sido criada con perros toda mi vida y es inexplicable el amor que uno llega a sentir por ellos y la falta que hacen cuando no están. Cuando falleció mi perrita de la infancia (que estuvo conmigo por 13 años) mi casa se sentía muy sola, me había acostumbrado a su compañía y ahí fue cuando decidí adoptar. Yo ya seguía a Adoptame Ecuador y a la fundación El Perro Feliz desde hace un par de años atrás y el trabajo que hacen por los perritos abandonados me parece increíble.
Estuve varias semanas buscando al indicado, hasta que un día, El Perro Feliz subió en sus historias de Instagram una foto de Lucas en el backstage de su sesión de fotos; y me enamoré. Era tarde en la noche cuando la vi, sabía que educar a un cachorro desde cero no era fácil, pero no dudé en escribirles para saber los requisitos de su adopción. El proceso fue más rápido de lo que pensé y saber que me habían escogido como la mamá de Lucas era muy emocionante.
Desde el día que llegó, Lucas sintió nuestra casa como su hogar y yo, no la he vuelto a sentir vacía. Travesuras, lengüetazos de amor y energía incansable son la marca de su personalidad. Adoptarlo ha sido la mejor decisión que he tomado, Lucas consiguió un hogar para siempre conmigo y yo gané un ser que me amará incondicionalmente toda su vida.
Alejandra R., Guayaquil
Alma
Hace 5 años atrás había perdido a mi perrita Nena. Tenía el corazón destrozado y dije que no volvería a tener perro. Por cosas de la vida, la perrita de mi hermana quedó a mi cuidado por un tiempo y poco a poco fui reconectando con mi amor por los perros. Después de meditar por un largo tiempo decidí que quería adoptar un perro. Empecé a seguir a Adóptame Ecuador y llegué a la conclusión de que podía darle un hogar a un perrito que estuviera necesitando amor y cuidado. Cuando vi la foto de Alma (antes llamada Pepsi) decidí aplicar por ella y las cosas se dieron de forma tan fluida que definitivamente sentí que estábamos destinadas a encontrarnos.
Alma llegó a cambiar mi vida de una manera que no puedo explicar; todo el amor que siento por ella y que recibo de vuelta es algo que, a menos que tengas un perro, no creo que puedas entender. Es importante recordar que es una responsabilidad grande pero que les aseguro que vale la pena. Con Alma siento que soy una mejor tutora por todo lo que he tenido que aprender sobre comportamiento canino y cómo cubrir sus necesidades, y que continúo aprendiendo.
Creo firmemente que no eres tú quien elige al perro, es él quien te elige a ti y su presencia en tu vida tiene una misión. Alma ha venido a enseñarme sobre el amor, la paciencia y el compromiso.
Y a quienes están detrás de A.E ¡Gracias por todo el trabajo que hacen!
María Jose P., Guayaquil
Godiva
Cuando yo era pequeña mi papá se dedicaba a la ebanistería. En su taller vivían perritos. Llegó un momento en el que le tocó cerrar el taller. En ese momento a mi mamá no le encantaba la idea de tener una mascota, pero mi papá le explicó que para él ellos ya eran familia. Mi mamá accedió. Es aquí cuando comencé a desarrollar un amor inigualable. Comprendí que una mascota te enseña lo que es el amor incondicional, la humanidad y un nuevo sentido de responsabilidad.
Cuando tenía 18 años mis papás comenzaron su proceso de separación. Yo estaba comenzando mi carrera de derecho, pero estaba muy afectada por la situación familiar. Sentía que no tenía motivación. Pasaron semanas y decidí adoptar un perrito. Pasé por un proceso largo de selección, hasta que un día me llegó un mensaje para agendar una entrevista. No me imaginé que en ese primer encuentro me darían mi compañera de vida. El 7 de febrero del 2020 mi vida empezó a sentirse más completa. Yo soy hija única y ella se volvió mi hermana y mejor amiga. El primer viaje que hice con Godiva fue a la playa; me llenó de felicidad verla tan contenta, correr de un lado a otro, hacerse amiga de otras mascotas.
Ahora que tengo 20 años ya no vivo con mi papá. Sin embargo, cada día Godiva, me potencia esa huella del amor hacia los animales que mi papá instituyó en mí. Han pasado ya dos años desde la adopción de Godiva y puedo decir que es una de las mejores decisiones de mi vida. Le di una oportunidad a un animalito que necesitaba un hogar y gané una compañera de vida. Hemos tenido tantas experiencias juntas que realmente podría escribir un libro acerca de ella y el efecto que ha tenido en mi vida.
Ashley D., Guayaquil
Mocca, Millie & Willa
Hace algún tiempo perdimos a nuestras primeras mascotas. El dolor de perderlas despertó algo en mi corazón que me decía que le debía dar un hogar lleno de amor a algún perrito que lo necesite. Es así como encontré la página de Adóptame Ecuador.
Hicimos todo el proceso y simplemente fue amor a primera vista. Vimos a Mocca, tan pequeña y frágil, con una historia como la de muchos, pero sin dudarlo era ella. Llegó a nosotros no a reemplazar, si no a dar y recibir amor. Luego de un tiempo vi otra historia: diferentes cachorros, mismo escenario. Millie, sus ojos simplemente nos enamoraron. Inmediatamente escribí para preguntar por ella, y la respuesta fue: “¿La quieres? ¡Es tuya! ¡Ella merece un hogar como el de Mocca! Diez días después llegó a alborotar mi casa; desde el primer día se hizo sentir; ella es engreída y llena de luz. Pasaron algunas semanas y me preguntaba si un cachorro más sería una locura, pero estaba Willa, la hermana de Millie, que a último minuto su adopción se había caído. Tan pequeña e indefensa, hermana de mi bebé, no lo dude más, llame y dije: ¡envíela. Ella llegó asustada, llena de temores, dudas, pero poco a poco fue adaptándose y ahora somos un hogar de 7.
El adoptar un perrito no es una decisión fácil; no es una novelería. Debes de estar comprometido, debes ser responsable. Estos bebés dependen de tí. Cada uno es diferente, pero todos los rescatados tienen un alma y un corazón noble; son seres maravillosamente agradecidos. Día a día Mocca, Millie y Willa me recuerdan que ellas vinieron a cambiar mi vida, a llenarnos de amor, porque sí, son ellos quienes con su nobleza nos demuestran que nos aman, que nos cuidan y nos valoran.
Brinda la oportunidad de recibir en tu hogar a un miembro más, ¡adopta, no compres!
Karla T., Guayaquil
Lucky
Desde hace algunos años no tenía mascotas en mi hogar y con la llegada de la pandemia a causa del Covid-19 me di cuenta de que adoptar era una buena opción. Mi hijo me comentó sobre la página de Adóptame Ecuador e inmediatamente la comencé a seguir. Ese mismo día vi la foto de Copito y, realmente, me emocioné mucho. Su carita me transmitió paz y mucho amor. Apliqué, no dudé ni un momento.
Cuando fue la entrevista preadopción fui lo más sincera, estaba consciente de la responsabilidad de hacerme cargo de la vida de un ser vivo y todo lo que eso conlleva. El reto de su llegada se convirtió en realidad y nos llenamos de emoción. Lo llamamos Lucky y, aunque al principio era muy tímido, con el pasar los días se conectó con nosotros y su adaptación fue increíble.
Lucky es un motivo más por el cual quiero llegar temprano a casa y sacarlo a pasear; disfrutamos mucho ver juntos el atardecer.
Para todas esas personas que amamos a los animales mi recomendación es adoptar, no comprar. Ellos son compañías y amores realmente incondicionales.
Monserratt B., Guayaquil
Moncho
Había pasado unos meses desde que perdimos a Jack, mi antiguo perro, y el vacío en casa era demasiado grande. Ver el Instagram de Adóptame Ecuador con tantos animalitos buscando un hogar me hizo tomar la decisión de adoptar. ¡El flechazo con Moncho fue inmediato! Vi su foto y esos ojitos me enamoraron.
Decidí convencer a todos en casa para conocerlo y aplicar al proceso de adopción, que fue sencillo, pero seguro. Se nota que se cercioran de que los animalitos lleguen a un buen hogar. En mi caso todo fluyó y fue una excelente experiencia.
Junto a él hemos vuelto a vivir la alegría que significa tener un cachorro en casa, los juegos y obviamente… ¡las travesuras! Mi hija disfruta mucho su compañía, enseñarle cosas nuevas y pasear con él, esto ha hecho mucho más llevadera la falta de contacto con sus amigas por la situación que vivimos actualmente (Covid-19).
Mi consejo para quienes quieran adoptar es que no lo duden ni un segundo.
No solo le darán a un animalito sin hogar la oportunidad de conocer el amor de una familia, sino que ellos les darán a ustedes la oportunidad de experimentar un amor incondicional.
Claudia A., Guayaquil
Kira
Kira es otro cruel caso de abandono en nuestro país. Tras su rescate a los pocos días de su nacimiento, ella fue adoptada, pero en las semanas siguientes comenzó a mostrar las consecuencias de no haber pasado sus primeros meses de vida junto a su madre y demás hermanos.
Su carácter temeroso y asustadizo era innegable. Le tenía pavor a los ruidos, a las personas y a cosas externas, como los carros o las motos. Ya junto a una familia que quiso darle una nueva oportunidad, a Kira le costó algo más de un mes dejar sus miedos y poco a poco empezar a confiar en los humanos. “Verla feliz, confiada y llena de salud es la mejor recompensa. Ella es la dueña de nuestros corazones y aprendimos que comprar no es una opción cuando hay tantos animalitos en la calle esperando por un hogar.
Agradezco todos los días a Adóptame Ecuador por darme la posibilidad de ser mamá perruna otra vez”.
Natalia R., Quito
Rebecca
La guapa Iah llegó a nuestras vidas gracias a Adóptame Ecuador. Mi hermana y yo queríamos adoptar y en nuestra búsqueda dimos con algunas fundaciones. Aplicamos en Adóptame Ecuador con la idea de que quizás el proceso sería muy lento o que nunca nos responderían, pero para nuestra sorpresa fue todo lo contrario.
La historia de Rebecca, como se llamaba antes, nos conmovió tanto que fue imposible no quererla en nuestros brazos. Seguimos todo el proceso y en una semana ya estaba junto a nosotros. Es la mejor decisión que pudimos haber tomado. Ella es tan juguetona e inteligente que sus lengüetazos de amor, tiernas miradas y locas travesuras no los cambiaría por nada”.
Ana Lorena A., Guayaquil.